Festival De Naranjas en Holanda
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-15ºC y 5ºC) y gran brevedad de la estación favorable. La precipitación pluvial es más bien escasa (unos 300 mm al año), pero el agua no suele ser factor limitante, ya que el ritmo de evaporación es también muy bajo.
y la humedad más abundante y repartida a lo largo del año, el bosque de confieras es sustituido por el bosque caducifolio. En el Hemisferio Norte este bioma está dominado por hayas, robles, avellanos, olmos, castaños y numerosos arbustos que generan un suelo profundo y fértil. En las zonas templadas, si la pluviosidad es baja y la estación seca muy marcada, se instala otro tipo de bosque, de hoja perenne y resistente a la sequía estival. Es el bosque mediterráneo, con vegetación xerófila, dominado en Europa por la encina, el alcornoque o el roble quejigo. Hay mucha vegetación y está poblado por varios animales.
En el Mediterráneo, aunque la diversidad animal residente no es grande, la de aves migratorias es muy grande ya que esta región queda a mitad del camino entre los trópicos y las zonas más templadas. Durante el verano, la población de aves es menor, encontrándose solamente algunas aves tropicales, adaptadas al hábitat arbustivo y a condiciones de aridez. Llegan al Mediterráneo en primavera para nidificar, abandonándolo antes del comienzo del invierno. Entre los visitantes invernales, predominan las paseriformes (tales como las currucas y zorzales) y los patos.
de un territorio llano y extenso, de vegetación herbácea, propio de climas extremos y escasas precipitaciones. También se lo asocia a un desierto frío para establecer una diferencia con los desiertos tórridos. Estas regiones se encuentran lejos del mar, con clima árido continental, una gran amplitud térmica entre verano e invierno y precipitaciones que no llegan a los 500 mm anuales. Predominan las hierbas bajas y matorrales. El suelo contiene muchos minerales y poca materia orgánica; también hay zonas de la estepa con un alto contenido en óxido de hierro lo que le otorga una tonalidad rojiza a la tierra.
Las inundaciones de los colectores europeos son el riesgo de causa atmosférica más importante en Europa. Conviven dos realidades, los desbordamientos masivos de los grandes ríos (Rin, Mosa, Danubio, Oder, Vístula, Neisse, ríos rusos), causados por lluvias abundantes y continuadas o deshielos rápidos y, por otro lado, las avenidas de los ríos mediterráneos debidas a lluvias intensas y torrenciales en escaso intervalo de tiempo. Entre los primeros destacan los desbordamientos del Rin, Mosa y Sena en diciembre de 1993, inundación de las zonas ribereñas de Alemania, Holanda, Bélgica y Francia, la más importante de enero de 1995, en este mismo sector, que provocó lo evacuación de 250.000 personas, 25 muertos y daños evaluados en 3.000 millones de dólares . En julio de 1997, una sucesión de jornadas de tiempo inestable en Europa oriental causó la crecida desmesurada y desbordamiento de los ríos Vístula, Oder y Neisse, provocando unas graves pérdidas económicas y la evacuación de miles de personas en el suroeste de Polonia, República Checa y la frontera oriental alemana. En total, cerca de 80 muertos y 192.000 evacuados. La compañía Munich Re evaluó las pérdidas en 5.000 millones de dólares.
Las sequías en Europa tienen su área de mayor riesgo en los países mediterráneos, debido a la mayor frecuencia que presentan, algunos años, las situaciones atmosféricas de dorsal subtropical que imponen condiciones de estabilidad absoluta con penuria de precipitaciones. Los volúmenes de lluvia de los años secos no alcanzan, en ocasiones, el 50 %de la media. Grecia, el sur de Italia y, sobre todo, la Península Ibérica, son las áreas europeas más afectadas por este riesgo, que causa graves daños en la agricultura y problemas de abastecimiento público de agua. Destacan las secuencias secas desarrolladas entre 1981-1984 y 1992-1995. Esta última causó unas pérdidas económicas en el campo español superiores a 500.000 millones de pesetas. No faltan, sin embargo, episodios de sequía en las regiones europeas de clima oceánico, cuyos efectos no dejan de ser gravosos, puesto que afectan a áreas poco acostumbrados o este tipo de episodios. Así, la sequía padecida en algunos países de Europa occidental entre 1975 y 1976 causó unas graves pérdidas en el sector agrícola y obligó o practicar restricciones en el suministro de agua de 17 horas al día en el sur de Inglaterra. Similares efectos tuvo la secuencia de sequías de 1989-1991 en el Reino Unido, que se saldó con daños superiores a mil millones de libras esterlinas; 1989 fue el más seco de los últimos veinticinco años en Inglaterra; asimismo, en los agricultores de Alemania, Polonia, Checoslovaquia, Hungríay regiones atlánticas de Francia, se registraron pérdidas elevadas.
ada frecuencia en los países europeos de latitudes más septentrionales, durante los meses de noviembre a abril, es el de los «temporales de viento fuerte», ocasionados por borrascas atlánticas profundas o «ciclones explosivos» formados en la cuenca ártica. La violencia de los vientos que acompañan estas formaciones meteorológicas, con rachas máximas que superan los 100 km/h, causan daños en infraestructuras, viviendas y cultivos bajo plástico. Destaca la sucesión de cuatro temporales de viento que sacudió el noroeste de Europa (Gran Bretaña, Irlanda, Alemania, Suecia, Francia, Dinamarca y Holanda),entre finales de enero y principios de marzo de 1990, que elevó los pérdidas económicos por encima de 10.400 millones de dólares.
Por último, hay que mencionar los daños en los cultivos provocados por las tormentas de granizo que descargan entre los meses de junio y septiembre en algunas regiones de Europa. Las áreas de mayor frecuencia de aparición de estos episodios son las regiones caucásicas de la antigua URSS (en particular la república de Georgia), Ucrania y centro de Rusia, en torno a Moscú, suroeste de Polonia —Wroclow—, República Checa, el norte de Italia (llanura del Po), sur de Francia, Suiza, Austria, landers del sur de Alemania y litoral mediterráneo y el valle del Ebro en España. En estas áreas se han llevado a cabo o lo largo del presente siglo, y aún se practican, actuaciones de defensa frente a los granizos (cohetes, siembra con yoduro de plata y mallas de plástico sobre los cultivos).
Corrientes Marinas
200 metros de altitud) la influencia de las montañas es notable.